lunes, 25 de abril de 2011

El trabajo os hará libres


   El mal absoluto es la novela más dura que haya leído hasta la fecha.

   Eva Steiger, una joven periodista de investigación de cadena alemana ZDF cuya carrera se encuentra al alza, se propone realizar un documental sobre el período más negro del país germánico: El Tercer Reich. Para ello, se basará en dos entrevistas a dos personajes que vivieron en aquella época y que fueron protagonistas, aunque con roles bien diferenciados. Günter Meissner es un antiguo oficial de las SS de Auschwitz, que se enorgullece de su pasado y describe con increible frialdad las terribles atrocidades que cometió junto a sus camaradas. El otro es Yehuda Weis, un superviviente de Auschwitz, un fantasma testigo en primera persona del episodio más ignominioso del ser humano y que constituye la otra cara de la moneda. La emisión del documental permitirá a Weis identificar en Meissner a su verdugo y encuentra el sentido de su horror vivido, de su pseudoexistencia, como hiciera Viktor Frankl en su libro El hombre en busca de sentido, sólo que en este caso se trata de venganza.



   La novela de José Luis Muñoz, no puede catalogarse dentro de un género. No estamos ante una novela histórica, ni ante un relato negro o un thriller. Tampoco es un reportaje riguroso o novela periodística, pero al mismo tiempo es todo lo anterior. No es muy larga, algo más de 300 páginas, pero yo la dividiría en dos partes bien diferenciadas como ocurre con la obra culmen de Benigni, La vida es bella. Los primeros 10 capítulos son los más importantes e impresionantes de toda la novela. En ella, se nos describe la preparación del documental y las entrevistas a los dos personajes principales. Cada entrevista abarcará un capítulo completo, siendo los dos capítulos sobre los que girará toda la trama. La segunda parte de la obra, mucho más breve, es la ración más literaria, la acción toma el mando y los acontecimientos se sucederán a velocidad de vértigo en una vorágine destructiva hacia una descenlace final previsible, pero lógico.

   En el manual de todo buen periodista, sin duda encontraremos que el buen profesional debe de mostrarse siempre neutral, sin dejarse llevar por sus sensaciones o sentimientos. En este caso, la periodista Eva Steiger no puede cumplir esta norma, más bien todo lo contrario. Empieza así su caída hasta un estado de agitación de difícil salida. Lo realmente extraordinario de esta novela, es que al lector le ocurre lo mismo que a Steiger cuando la está leyendo. A menos que seas una persona insensible, tan fría como un témpano y poseas un escudo infranqueable, no conseguirás que el estómago se te revuelva con la espeluznantes declaraciones del nazi de los hechos acaecidos en Auschwitz y con su total falta de resentimiento. Pronto, al igual que la joven periodista teutona cobrarás partido por el débil, por el indefenso, por todos esos millones de personas que padecieron el sufrimiento atroz y encontraron la más terrible de las muertes. Steiger sentirá repulsión hacia sí misma por ser alemana, hacia todos sus compatriotas que votaron libremente a Hitler y miraron hacia otro lado ante los crímenes salvajes que se cometieron bajo su mandato. El lector experimentará este odio hacia lo germánico, se preguntará que habría hecho él bajo aquellas circunstancias y en aquél ambiente, y se planteará la duda de si el Holocausto es causa de un grupo de salvajes asesinos sin escrúpulos o de una nación entera que se lo permitió.



   A pesar de ser una novela muy recomendable, no es apta para todos los públicos (absténganse los sensibles). Bebe de fuentes muy relevantes, (la llegada de YehudaAuschwitz recuerda mucho al secreto que guarda celosamente Meryl Streep en La decisión de Sophie, o incluso su paradigma de culpabilidad al ser el juguete de sus verdugos y ocuparse los cadáveres o incluso de la elección de los que tenían que morir nos hace evocar aquella definición del hombre que hizo Dostoievski.. "el ser que se acostumbra a todo") y nos dibuja un boceto de la maldad humana, del mal absoluto. Auschwitz, cuyo lema rezaba "el trabajo os hará libres", fue una fábrica de muerte y barbarie y hoy en día es el ejemplo más clarividente de la ruindad que puede alcanzar el ser humano. Un mal, que por desgracia no es ficticio, pues lo que las páginas de esta novela nos narra es tan duro, como real.


jueves, 21 de abril de 2011

Cojonudamente bueno

  
   Cuenta Carlos Sisí en los agradecimientos de Los Caminantes que su padre le escribió un epígrafe cuando escribió uno de sus primeros cuentos cortos que decía "cojonudamente bueno" en referencia a la continua repetición de la palabra "cojonudo" por parte de los personajes. Ese hecho, dice el autor que le ayudó secretamente a seguir escribiendo, así que moralmente tras haber terminado la lectura de su segunda obra no tengo más remedio que titular este post de esa manera para animar a que el bueno de Carlos nos siga deleitando con sus relatos.



   No es fácil hacer una continuación decente o una segunda parte tan buena como la primera, pero Carlos Sisí pasa la prueba con nota. La imaginación del autor, junto a la llegada de nuevos personajes, transformaciones y evoluciones de los ya conocidos y nuevas situaciones inverosímiles y creíbles al mismo tiempo, volverán a poner a prueba el corazón del lector, que tardará algunos días tras la lectura en eliminar tanta adrenalina. Un problemas más que detectado en las segundas partes es el continuismo. Le pasa por ejemplo a Guillermo del Toro con su Trilogía de la Oscuridad, de la que su segunda parte era notablemente inferior a la primera. En este caso, Sisí no deja que esto suceda y plantea un paso más en las aventuras del grupo de supervivientes de Málaga a la pandemia zombie. 

   Lo mejor de la historia vuelven a ser sus personajes. Se nos muestran desde líderes improvisados que antes de la catástrofe eran personas de lo mas normales, llenos de humanidad, con sus debilidades y sus puntos fuertes y cuyas muertes (de algunos) nos harán sentirlas como reales. También nos encontramos con villanos soberbios, pero que han llegado a ese grado de maldad por alguna razón. Su carisma, su personalidad, su pasado o su locura forjaran héroes o villanos, como el padre Isidro que repite y que vuelve a reinventarse para convertir su figura aún mas en mítica. Pero del blanco al negro, hay una gran variedad de grises. En la novela hay personajes de esos oscuros que pueden mutar de color según pasas las páginas.



   Los Caminantes: Necrópolis es una novela de terror sobre el fenómeno zombie, pero fascinantemente realista. Paradójicamente, no son los revividos lo que más pavor causa al leerla. Esta segunda parte se basa en una criatura mucho más terrorífica que cualquier pandemia por muy terrible que sea: la crueldad humana. Ese instinto tan natural en el ser humano y que muchos piensan que existe en cada uno de nosotros en mayor o menor profundidad, es el que hace sacar los demonios interiores de las personas sometidas a una situación extrema y hacerlos más mortíferos que los muertos vivientes que pueblan las calles ávidos de carne. Este es otro punto original y favorable de la obra de Sisí, esa lucha constante del bien y del mal, esa raya que es tan fácil de cruzar hacia un lado pero que no resulta tan sencillo volver hacia atrás. La batalla entre la luz y la oscuridad que simbolizara George Lucas en su Star Wars, vuelve a escena en la piel de unos supervivientes que pueden afrontar la crisis ayudándose y cooperando mútuamente o simplemente acatando la ley de la selva, la ley del más fuerte y que siguen la doctrina de Heminway "cazo porque, mientras mate o vea matar, no me mataré a mí mismo".

   Carlos Sisi se encuentra ya escribiendo la tercera parte y se supone que conclusiva de la trilogía. Llevará por título Los Caminantes: Hades Nébula y que tras el final impactante de esta segunda parte seguro que será un gran éxito. Aunque el verdadero mérito de este autor es el de haber triunfado con un género que parecía agotado y extinguido. Con su novela, Carlos ha conseguido revivir un género. De repente, sin que nadie fuera capaz de entenderlo (ni los editores tampoco), los muertos volvieron a la vida.


jueves, 7 de abril de 2011

Cultura de cómic

  
   Como ya he comentado en alguna ocasión, soy un fiel seguidor de cómics y tebeos desde mi más tierna infancia. Me gustan de todo tipo, desde los famosos mangas japoneses hasta los más infantiles bruguelianos. Reconozco que cuando me fui a la vecchia Italia, fue gracias a Son Goku que empecé a entonar mis primeras palabras en italiano. Ya había visto la serie y por tanto no me fue difícil seguir el manga de Dragon Ball en un idioma desconocido para mí, si bien las primeras frases que consegí articular eran de poca utilidad (como por ejemplo "Te destruiré maldito Sajian" o "Concentraré mi energía en una última Kamehame..."). Después, me pasaría a las novelas, pero este preludio me hizo descubrir una cultura que en países como España carecemos: la cultura del cómic.





   Realmente dibujar un buen cómic es todo un arte. En países como Japón, EEUU o Italia, los autores son conocidícimos, y disfrutan de un estatus privilegiado. Puedes encontrar cómics de la Marvel, mangas de última tirada o cómics patrios en prácticamente cualquier kiosko. Aquí sin embargo, si te sales de Mortadelo, te puedes dar con un canto en los dientes para hallar otra cosa. Es cierto que existen tiendas especializadas, pero son escasas y difíciles de encontrar. Además, su exclusividad hace que el precio también sea un obstáculo. No obstante, gracias a la globalización de internet, ahora los fans de las viñetas tenemos más accesible el acceso a este mundillo.



   Cuando regresé del país de la pasta, estaba leyendo un nuevo manga llamado Shaman King, dónde un adolescente con habilidad de conectar este mundo con el más allá, deberá enfrentarse a multitud de desafíos para conventirse en el shaman más legendario. No sé, la verdad, si fue publicado en su totalidad aquí en nuestro país o si llegaron a pasar el anime por televisión, pero si lo hizo fue un paso fugaz y de puntillas. Tanto es así, que he encontrado la colección completa en la red escaneada y traducida al castellano por seguidores de la serie y de los cómics en general. Ya la tengo en mi iphone, y cuando tengo tiempo libre avanzo un poco más en la historia (auque reconozco que no es lo mismo que disfrutarlo en papel pero qué le vamos a hacer). Ya os comentaré algo al terminarla, pues también tengo a medias la segunda parte de las aventuras de los zombies malagueños y completar la nueva y terrorífica aventura de John Marston.