jueves, 27 de diciembre de 2012

Liverpool in the sky with diamonds

  
   Cuando Julian, el hijo de John Lennon, le enseñó un dibujo que había hecho en el colegio, no sabía que inspiraría la que después el propio Lennon calificaría como la mejor canción de amor que jamás había compuesto. En el dibujo se veía a una persona en medio de una serie de puntos brillantes, y cuando John le preguntó de qué se trataba, el chico respondió que era Lucy (su amiga) in the sky with diamonds (en el cielo con diamantes). Ese título improvisado sería después adoptado para una canción que en sí no esconde más que una alucinación y que al coincidir sus iniciales (LSD) con la droga con la que se inspiraba por aquel entonces el malogrado beatle, se convertiría pronto en un himno no exento de polémica. Desde el avión, al amanecer, Liverpool luce con toda su majestuosidad, mezclando las primeras luces del alba con las propias de una ciudad que despierta, donde el magnetismo del encanto beatle se funde a la perfección con el empirismo británico.. Liverpool in the sky with diamonds.
 
 

   Liverpool es a la música lo que el átomo a la ciencia. La capital mundial del Rock/Pop, con los Beatles como estandarte principal. Es inevitable no contagiarse del espíritu progresista de las canciones del mítico cuarteto al pasear por sus calles, ya históricas gracias a sus letras (Penny Lanne, Abbey Road, Mathew Street, etc). Visitar el 251 de Menlove Avenue (casa de John Lennon) o el 20 Forthlin Road (casa de Paul McCartney) que se conservan tal y como eran cuando los dos líderes de los Beatles vivían en ellas, conocer más detalles de la historia del grupo en algún museo de la ciudad, hacerte con algún recuerdo interesante del mundo beatleliano (yo por ejemplo no me pude resistir a hacerme con una réplica de las originales gafas de Lennon). Pero sin duda, si hay un sitio que es inexcusable visitar es The Cavern Club, el club más famoso del mundo. Un lugar que desprende un aura nostálgica, donde los Beatles empezaron a dar sus primeros acordes, donde han tocado en directo bandas como The Who o The Rollings Stone, y donde es un placer disfrutar de una cervecita aunque esa bebida no sea precisamente muy del gusto de tu paladar.
 


 

   Pero Liverpool es más que la leyenda del The Fab Four. Es una ciudad que simboliza el camino hacia el nuevo mundo, con una herencia marítima esplendorosa. La historia de la evolución de la exclavitud, pues era un punto clave del mercado con exclavos traídos de África, el simbolismo de la lucha obrera y sus derechos durante la revolución industrial, las salvajes batallas marítimas contra los alemanes durante las grandes guerras o la redundante historia de la tragedia del Titanic, que se forjó en aquellos astilleros son sólo un ejemplo de ella. El haber sido nombrada Capital Europea en 2008 ha relanzado nuevamente la ciudad, y la oferta cultural se ha incrementado notablemente. Muchísimos museos ofrecen un abanico amplio con exposiciones que aunan lo antiguo y lo moderno, que junto con la belleza visual de un paseo por Albert Dock convierten a Liverpool en un atractivo destino turístico si se dispone de unos pocos días libres.
 

 

   Liverpool es una ciudad con el corazón de un pueblo. Apesar de ser una urbe gigantesca, tanto geográfica como demográficamente, se respira un aroma a pueblo pequeño, a villa entrañable. Su gente, por lo general amable te acogen con cordialidad y se brindan a mostrarte lo mejor de su ciudad mostrándose comprensivos por muchas patadas que le demos al diccionario de la lengua de Shakespeare. Allí puedes contemplar un museo viviente como Anfield Road si eres futbolero (o del Goodison Park del Everton), eso si, no puedes conducir por la derecha, la lluvia rara vez se ausenta y te será casi imposible desayunar una tostada con un buen café... pero ya sabes, let it be.
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario