domingo, 7 de abril de 2013

Demasiado viejo para morir joven

  
   Ya desde que entras en la sala de cine y te acomodas en tu localidad notas el cosquilleo. Es una sala semejante a las demás, pero te percatas al instante que tiene un influjo distinto. Hay bastante gente, más de lo habitual, y percibes como te envuelve un halo misterioso de expectación máxima. Empiezan los trailers mientras intentas encontrar la posición mas cómoda en la butaca. Se apagan las luces, y suena una música con un aire retro que acompaña los créditos iniciales de la película, y ya desde estos, descubres que Django Unchained tiene una algo especial, un aura mística que te absorbe desde el primer fotograma. Cine en estado puro.
 
 
   Podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que el western es un género que John Ford llevó a la cúspide del séptimo arte y que posteriormente Leone supo aunar cine de calidad con entretenimiento para darle una vuelta de tuerca más. Era lógico pensar que Tarantino, aquel chico que se hizo mayor en un videoclub entre cintas de vaqueros y Kun Fú, rodara un western. Ya se intuía una cierta estética de película del oeste en Kill Bill, por lo que no era muy descabellado pensar que este Django estaba por fraguarse tarde o temprano.

   Django es más que la historia de una venganza, más que una epopeya sangrienta y exageradamente violenta del periodo álgido de la exclavitud norteamericana. El cine de Tarantino nunca se ha regido por la norma del qué cuentas, sino del cómo lo cuentas. Diálogos magníficos y malhablados, capaces de hacer sacar de sus casillas a gente como Spike Lee o Denzel Washington, un casting de actores inmejorable (sorprendiéndome grátamente DiCaprio), un humor sencillo y cercano que humaniza a unos personajes absolutamente fantásticos y que sabe entrelazar con los momentos de mayor tensión dramática o violenta. Una fotografía sobresaliente que se funde con esa forma de dirigir del director de Tennessee capaz de disfrazar una obra de arte en película de serie B.. y una música que no se limita a acompañar, ya de por sí está narrando la historia y nos dice tanto o más que los propios diálogos.
 
 
 
   Tarantino suele rebuscar entre sus vinilos para configurar las bandas sonoras de sus películas. En esta ocasión, además se permite la licencia de incluir algún que otro tema original inspirado en el film, que convierten la banda sonora de Django en la mejor que haya confeccionado nunca el bueno de Quentin. Un disco de culto que no debe faltar a todo buen aficionado. En la variedad está el gusto, y por eso hay pistas sacadas del fondo del baúl como His name is King o The braying mule (que fueron compuestas para otros westerns), temas de folk americano como I got a name, Who did you that? o el impresionante Too old to die young que pone ritmo a la atroz venganza del protagonista. Incluso le da tiempo a rapear 100 Black coffins (100 ataúdes negros) mientras llueven balas y la pantalla se va tiñendo de un color rojo sangre. Pero Tarantino tenía que ir más allá y no podía dejar pasar la ocasión de contar con un maestro como Morricone, icono musical del género. Su tema Ancora qui es una auténtica maravilla, que sirve de perfecta conexión a la parte de amor que contiene la historia. Sin duda para mi, hubiese merecido el Óscar a la mejor canción original (ni siquiera fue nominada). Otro tema compuesto exclusivamente es el genial Freedom, una canción magnífica que une dos grandes voces del soul sureño y pone alma a la escena del intento de huida de los amantes en busca de la libertad. Por último destacar otras canciones como Django (compuesta para el Django original) o Trinity, de la banda sonora de Le llamaban Trinidad y que sirve como guiño a esas películas de Bud Spencer y Terence Hill, con su tono humorístico y chulesco tan característico y que podemos observar en los minutos finales del film.



   Siempre ha destacado Tarantino por la elección de su elenco de actores para sus películas, y en Django vuelve a sobresalir en este aspecto pues los personajes encajan como anillo al dedo con cada uno de ellos. Foxx encarna muy bien al exclavo vengativo que elimina a los blancos "racistas", pero tiene la mala suerte de compartir reparto con un Waltz que vuelve a demostrar su extraordinario talento (segundo Óscar y Globo de Oro para él) al meterse en la piel del dentista caza-recompensas culto que ejerce esa figura paterna presente siempre en la filmografía de Tarantino y de la que él careció en su infancia (el señor blanco en Reservoig dogs o Bill en Kill Bill). Punto y aparte merece, al menos por lo que a mi respecta, la extraordinaria interpretación de DiCaprio como ese villano que marca el límite de lo ético, la línea entre el bien y el mal, de lo cuerdo con lo desmesurado. Para los anales del cine quedará ya ese impresionante monólogo con el cráneo de un exclavo negro. También hay que destacar el siempre óptimo trabajo de Samuel L. Jackson como el villano en la sombra traidor de su raza, y a un Don Johnson como Big Daddy que protagonizará el ya célebre gag de las capuchas del Ku Klux Klan (muy a lo Monthy Phyton). Por ultimo, mencionar que el propio Tarantino no pudo evitar la tentación de disfrazarse de vaquero y aparecer en la película en el momento más surrealista de todo el metraje.
 
 
   En una reciente entrevista, el cineasta manifestó que no quería perpetuarse en el tiempo y que pensaba que unas 10 películas sería un buen legado. Particularmente creo que el jodido director que resucitó a gente como Travolta o Carradine, el bastardo que mató a Hitler, el infame que descubrió a Christoph Waltz, el fetichista de los pies femeninos, el ilegítimo que revolucionó el cine con su Pulp Fiction, el deslenguado guionista que incluyó la palabra nigger (término anglosajón de carácter despectivo para referirse a los negros) más de cien veces en una película, el padre de la novia más famosa del celuloide, el incomprendido genio que no se cansa de sacar las vergüenzas de la historia de la humanidad a tiro limpio.. No debería jubilarse nunca. Aquel que tiene un don debe compartirlo, no debe enterrarlo y esperar que desaparezca sin más. Los amantes del buen cine estamos ávidos de materia prima y no podemos permitirnos el lujo de perder lo poco bueno que hay. Además, como dice una de sus canciones en Django, Tarantino es quizás ya demasiado viejo para morir joven.
 

2 comentarios:

  1. Y yo que pensaba que tu hermana te había dejao arto este sábado de escuchar la banda sonora... jiji

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  2. ¿Qué decir sobre Django? Pues que es una película francamente muy buena. Tiene de todo para atraparte en sus redes: acción, emoción, humor, buena música, ambientación… pero bueno, voy a poner alguna pega a la película.
    Para mi la gran pega, es que el personaje principal durante buena parte de la película (¿una hora o más?) es el interpretado por Waltz (que huele mucho al coronel Landa) que se engulle a todos en la pantalla, dejando en un papel claramente secundario al de Foxx (el propio Django). Después, según se suceden los acontecimientos, la trama gira ya totalmente en torno a Foxx, siendo este personaje mucho menos interesante que el del cazarecompensas alemán.
    También decir, que aunque no he visto todas las películas de Tarantino (me faltan creo que Reservoir Dogs y Jackie Brown) me parece que es la que tiene una trama más sencilla, la que menos giros da. En resumidas cuentas, que es la menos enredosa.
    A su favor, aparte de lo ya dicho, me parece que es una película que lo primero que piensas conforme la has visto, es ¿cuándo volveré a verla? Y eso habla muy bien de ella.
    Los actores están muy bien, sobre todo Waltz y Jackson (al cual por momentos ya me lo figuraba diciendo “de Ezequiel 25-17 : el camino del hombre recto…”) aunque la voz de doblaje que le han puesto a los negros, a excepción del personaje de Django, y a Samuel L. Jackson en particular, no me gusta nada.
    Por otra parte, me sorprende que te sorprenda (valga la redundancia) la actuación de DiCaprio. Para mi es un actor bastante bueno. Lo he visto en varias películas: Origen, Shutter Island… y me parece que hace ya un buen tiempo que ha dado un paso al frente en cuanto a la actuación. No es flor de un día y quizás, y sólo digo que quizás, esté bajo mi punto de vista, un poco más flojo en Django que alguna de las que he nombrado anteriormente.
    La música muy bien, como siempre. Los guiones algo más flojos de lo esperado para Tarantino (también me esperaba la película dividida en capítulos como suele hacer, como por ejemplo en Malditos Bastardos) lo cual hace la película un tanto más clásica, pero con mucho mucho ritmo, desde el comienzo mismo del film, que te hipnotiza.
    El tema de KKK, aunque es ciertamente hilarante, quiero pensar que no es el KKK, puesto que este grupo fundamentalista se formó después de la guerra de secesión y la película está ambientada un par de años antes del comienzo de la guerra. Así pues, pensaré que sólo era un grupo de los llamados "reguladores" que tanto frecuentaban el oeste americano. Sin ir más lejos el propio William H. Boney (Billy the kid) fue un regulador, y según he podido saber por la literatura, también era su costumbre cubrirse el rostro como se observa en la película de Tarantino para conservar el anonimato.
    Otra pega, sería que no existían esa clase de armas, tan avanzadas en esos años. Sobre todo los rifles, por ejemplo el colt frontier o peacemaker, es como 15 años posterior a la época ambientada en la película... pero en fin, todo esto supongo que entra dentro de las licencias que se toma el director y que yo por otro lado, si me pusiese en su lugar también me tomaría.
    Para terminar, sólo añadir que me ha gustado más que Malditos bastardos y no porque esta última fuese mala (en diálogos supera a Django), pero eso de cambiar la historia (matar a Hitler) aunque sea otra licencia que se tome el director, para un amante de la novela histórica como yo, resulta poco apreciado) y es como cien mil veces mejor que la original, Django, de Corbucci, película que he tenido la ocasión de ver y que no tiene por donde cojerse. Un saludo

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