miércoles, 15 de septiembre de 2010

El Lope del siglo XXI...

   
   A la salida del cine tras ver Lope, mantuve una pequeña conversación sobre lo que representaba la figura de un artista, de un poeta tan prolífico, de un maestro de la palabra con un don inanto para los versos en la sociedad de la España del Siglo de Oro. Al final llegamos a la conclusión que la relevancia de una figura de ese calibre en la época actual sólo la alcanzaría un cantante o músico famoso. Ayer, tras el concierto de Joaquín Sabina en Sevilla supe que él era el ejemplo perfecto de la evolución moderna. Si entre la sociedad actual española hay un Lope de Vega, genio de las letras, rebelde, mujeriego, prolífico, polifacético y vividor, se llama Joaquín Ramón Martinez Sabina.



   La voz quebrada y aguardentosa del maestro Sabina se adueñó de la noche sevillana para deleitar a sus miles de seguidores con un concierto grandioso. Sus carisma, sus letras, sus versos y sus grandes canciones se convirtieron en el gran protagonista de una noche para el recuerdo. En esta ocasión el de Úbeda, no se rodeó de malas compañías y arropado por Pancho Varona, al que llama el timonel de sus nave, ó un Antonio García de Diego a la guitarra, que nos deleitase casi al final con su voz suave con un tema donde demostró de lo que es capaz. Una banda, unos músicos y un concierto cinco estrellas, cómo el corazón de la Magdalena.



   Venía el evento envuelto en un cierto halo de polémica debido a unas alusiones que el poeta jienense dedicara a Sevilla y a los sevillanos en su concierto en Huelva. Pero pronto se encargó de disipar cualquier duda posible. Se ganó a un público desde el inicio entregado por completo y se hizo perdonar sin pedir perdón si es que alguna vez hizo algo para ello. Comenzó con una alusión de bulería "me tengo que decidir entre Sevilla y Triana...", seguir con un recuerdo para el 11-S y la Diada catalana "creemos que en un día como hoy no se puede estar en un sitio mejor que en Sevilla...". Continuó con algún piropo fácil "Sevilla fue siempre una hermosa dama muy difícil de conquistar..." ó "además Panchito, aquí hay más gente que en Huelva.." y dar por zanjado el asunto con "lo crean o no nunca he estado más a gusto en un escenario que hoy y estamos empeñados en dar el mejor concierto de la gira..."



   Anunció Sabina que esta sería su última gira por grandes escenarios y la verdad es que sería una pena que fuese así. Demostró que aunque llora en los entierros de su generación, está en plena forma y tiene cuerda para mucho. Sus conciertos protagonizados por sus legendarias canciones, se llenan además de poesía y teatralidad con una escenografía magnífica que lo convierten en un espectáculo irrepetible, capaz de llenar el auditorio Rocío Jurado de Sevilla con más de 8.000 personas a pesar de "la crisis que está cayendo..."



   El repertorio del cantante y su banda no defraudó en absoluto. Hay quién echaría en falta algún clásico himno del sabinismo como Calle Melancolía o Nos sobran los motivos, pero es que aún estaríamos allí si tuviera que interpretar todos sus clásicos. Empezó con Tiramisú de limón y Viudita de Clicqout, dos temas de sus último disco, Vinagre y Rosas, para seguidamente pasar sin pausa y con un ritmo vertiginoso a los acordes de Ganas de.., Aves de paso, Medias Negras ó Peor para el Sol. No faltaron giños a su idolatrada Chavela Vargas, "los dos hemos sido muy borrachos, muy mujeriegos, ella más que yo y los dos estamos muy acabados.." con El bulevar de los sueños rotos o a Pasión Vega de quién dijo que "le había quitado la roña a la copla". El público vibraba y no para de vitorear canción tras canción, Peces de ciudad, 19 días y 500 noches, Princesa, ¿Quién me ha robado el mes de Abril?, Y sin embargo, La Magdalena o Noches de boda.. y al final las notas de Y nos dieron las diez pareció poner el punto y final a un gran concierto, pero la gente quería aún más y la banda entregada subió de nuevo al escenario para complacerlos interpretando Tan joven y tan viejo, La del pirata cojo y Pastillas para no dormir y dejando Sabina para concluir una esclarecedora "Gracias a todos, Sevilla y yo nos debíamos este concierto.."





   Esa noche el más grande se hizo aún más inmenso y espero tener la oportunidad de repetir la experiencia de nuevo muy pronto. Además si acudes a un grandísimo show en inmejorable compañía, como fue caso, lo hace aún más memorable. Esperemos que vuelva pronto a bajar para deleitarnos con su arte y tened seguro que allí estaré yo con mi bombín...



1 comentario:

  1. Si Sabina es el nuevo Lope, Ricardo Arjona sería el nuevo Borges, Ismael Serrano el unamuno y Bunbury el Lovecraft,porque hay que ver que los dos últimos discos que ha hecho son oscuros,tétricos...
    A decir verdad fue un buen concierto, se echó de menos alguna que otra canción pero eso no es óbice para desmerecerlo.!Larga vida al flaco!

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