lunes, 25 de julio de 2011

El Club de los 27


   El pasado sábado, el cuerpo sin vida de Amy Winehouse fue hallado en su domicilio de Londres. Por el momento se desconocen las causas del fallecimiento, si bien sus problemas de salud debido a su consumo de drogas eran más que conocidos. Todas las teorías, que se esclarecerán este martes tras salir a la luz los resultados de la autopsia, apuntan a una sobredosis de algún tipo de sustancia de la que era habitual consumidora. El hecho de si se le fue la mano o fue de carácter premeditado quizás nunca lo sepamos, pero lo que si es evidente es que desde el sábado Amy entró a formar parte del Club de los 27.

   El Club de los 27 es el nombre como se conocen a celebridades jóvenes del mundo de la música que fallecieron cuando contaban 27 años. Se trata de auténticos mitos de la música, todos ellos con un talento enorme y en la cúspide de sus carreras, pero todos ellos con personalidades excéntricas y muertes prematuras en extrañas circunstancias: abusos del alcohol, de drogas, accidentes de tráficos, suicidios, etc. Actualmente, son cinco los miembros más conocidos de este ignominioso club, aunque su cifra de socios pasa de la treintena.




   Sus afiliados más famosos son Brian Jones (Rolling Stone) ahogado en una piscina, Jimi Hendrix quién ingirió un coctel mortal de alcohol con somníferos y se ahogó en su propio vómito, Janis Joplin por sobredosis de heroína, Jim Morrison líder de The Doors y encontrado muerto en la bañera de su casa en París aparentemente por un fallo cardiaco aunque las circunstancias de su muerte nunca se aclararon al no realizársele autopsia alguna, y Kurt Cobain líder de Nirvana por autolisis.

   Todos ellos estrellas del rock y el pop que pasan del estrellato al cementerio sin apenas tiempo para digerirlo. ¿Iconos del sueño rockero de morir joven en la cima o estrellas estrelladas? Quizás resulte demasiado duro decir que en alguno de los casos, como el de Winehouse, se veía venir, pero lo cierto es que los historiales de abusos y problemas médicos relacionados con el consumo de sustancias alucinógenas hace pensar en un desenlace como este. El tema del porqué estos jóvenes acuden siempre a las drogas y ven como sus carreras se les escapan de las manos genera mucha controversia. Lo que producirá ningún debate es que la industria discográfica aprovechará al máximo esta crónica de una muerte anunciada estirando al máximo hasta la última maqueta que la cantante haya dejado grabada. 

   Una famosa superstición entorno al club, es que sus celebridades habrían hecho un pacto con el diablo, un acuerdo en el que adquirían una deuda de sangre a cambio del talento, fama y una gran influencia entre la sociedad. Esto sin duda no es más que otra leyenda entorno a la vida y muerte de estos genios de la música que nos dejaron quizás demasiado pronto, pero lo que no se puede negar es que sí hicieron un pacto con Lucifer. Lo que ocurre es que hay que definir muy bien quién es ese diablo, cosa que hizo muy bien Jim Morrison en el epitafio de su tumba en París: "Kata ton daimona eaytoy".. "Cada quien su propio demonio".






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