miércoles, 13 de octubre de 2010

Triple salto mortal en Madrid


   Casi 900 kilómetros entre ida y vuelta para ver en acción al Cirque du Soleil (Circo del Sol) en Pabellón de los Deportes de Madrid, pero aún teniendo que trabajar al día siguiente la experiencia fue tan cautivadora que volvería a hacerlo con los ojos cerrados si pudiera.




   La compañía de origen canadiense ha representado en esta ocasión uno de sus espectáculos más clásico, sino el que más, y el que le convirtió en lo que es hoy en día, la referencia a nivel mundial del mundo cirquense. Porque no nos olvidemos que el Circo del Sol es más que un circo, es una la expresión de la multicultularidad, es la mezcla de imaginación y fantasía, un sueño onírico del que no quieres despertar.





   Saltimbanco, del italiano "saltar un banco" aunque me inclino a pensar que el título proviene del francés "Saltimbanque" cuyo significado en castellanos sería "artista de la calle", da nombre a un espectáculo inusual que no es más que una metáfora de ellos mismos. Inspirado en la ciudad, en sus habitantes, en la diversidad de su gente y de la evolución de la misma en una búsqueda de liberación de la rutina. Proponiéndonos un viaje alégorico al corazón de una metrópolis. Con todos los focos apuntando a un escenario, El "Soñador", El "Barón" y El "niño" junto a más de  50  clowns y acróbatas de  21 países diferentes harán las delicias del espectador que acude atónito a una ensalada de luz, colorido, malabares y música sin igual.



   Gusanos multicolores arrastrándose por el suelo a gran velocidad, acrobacias en pértigas chinas a más de siete metros de altura, malabarismos al compás de la música encima de una escalera con hasta ocho bolas a la vez, piruetas inimaginables en trapecios y columpios rusos, contorsionistas que desafían los límites de la elasticidad y del equilibrio humano o las locuras de los payasos que meten a los espectadores en más de un aprieto mientras levantan una carcajada tras otra a un público al borde de la lágrima por la risa.





   Alguien escribió alguna vez que el circo se muere, pero mientras el Circo del Sol esté girando con sus espectáculos por países de todo el mundo, llenando aforos tras aforo y dibujando una sonrisa multicolor en el corazón de su púlbico, el espectáculo del circo seguirá muy vivo.
  




1 comentario:

  1. Hola Eladio! El circo del sol es la leche. Yo lo vi en Sevilla hace unos años y todavía estoy impresionado. Un abrazo.

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