domingo, 3 de octubre de 2010

Todo lo que sé me lo enseñó una bruja


  
   El rock aderezado con tintes de blues, soul y swing de Fito & Fitipaldis inundó la noche malagueña del Auditorio Municipal Cortijo de Corres (calcado al de Sevilla o al menos seguro que los arquitectos eran familia...) ante miles de sus seguidores (entre los que me encontraba) para hacernos disfrutar del fantástico directo de la banda de Adolfo Cabrales. Antes, unos teloneros de lujo como La Cabra Mecánica, habían amenizado la espera con una recopilación de sus temas más transgresores y su rock mestizo. Esta es la última gira del grupo, pues su cantante el Lichis probará suerte en solitario.


   Con un puñado de buenas canciones y una puesta en escena brillante, la banda del ex líder de Platero y Tú tiene el éxito garantizado allá dónde vaya. Actuálmente puede que sea la banda que más éxito tiene en el panorama nacional, pues dispone de todos los ingredientes que pueden hacer triunfar a un grupo de rock: canciones pegadizas con letras muy personales, buenísimos músicos como el guitarra Carlos Raya, un directo increible que no desentona en absoluto con los temas grabados en estudio y el talento y carisma de Fito.



   Los seguidores de la banda desde sus inicios, quizás pudimos echar en falta alguno de sus temas míticos como Rojitas las orejas ó A la luna se le ve el ombligo, y resulta extraño que no tocaran los acordes de su último single Los huesos de los besos. No obstante, y aunque sin duda todo el público hubiese coreado a la par aquello de "para para para para que quererte tanto...", es comprensible que en un concierto de algo más de dos horas la banda tenga que decidirse por no interpretar algunas de sus mejores piezas.


   Empezó el espectáculo con las notas del Antes de que cuente diez, para seguir casi sin descanso con Que me arrastre el viento, Catorce vidas son dos gatos, Por la boca vive el pez, Viene y va ó La casa por el tejado. Con dos pausas de apenas unos minutos, la formación vasca siguió haciendo las delicias de sus incondicionales con temas tan conocidos como Al Cantar (de Platero y Tú que Fito interpretó con su guitarra en solitario), Deltoya (de Extremoduro) o Todo a Cien (de La Cabra Mecánica y en la que se echó de menos quizás un dúo con el Lichis). Le siguieron una interpretación majestuosa de Soldadito Marinero con un público entregado que no dejaba de corear al unísono aquello de "después de un invierno malo...", para terminar con temas más moviditos como Corazón oxidado, Whisky barato ó Acabo de llegar.



   Una noche increible de buen rock a cargo de un Fito que con cada disco que graba, con cada concierto que dá, se hace cada vez más grande, más célebre y es que parafraseando una de sus canciones "puedo escribir y no disimular, es la ventaja de irse haciendo viejo..."


1 comentario:

  1. el traje colgando de la lámpara19 de diciembre de 2010, 1:00

    Le llegaron a preguntar a Fito, que por qué su último disco tenía sólo 10 canciones, y este fenómeno de metro y medio contestó:
    - no tengo nada que decir, no tengo nada que decir, no, no tengo nada que decir...-

    en verdad, con su último disco al igual que con todos los anteriores, este fenómeno, nos acerca a las estrellas. Valiente y afamado supo en un momento de su vidad cuando el viento corría a su favor, arriesgándose a perder el buen pasado de los platero y tú, convirtiéndose en el mejor cantante pop-rock de este siglo y aún le queda media vida para seguir buscando melodías... a ver con qué nos sorprende la próxima vez.

    Como él mismo confiesa, su éxito radica en que compone canciones monotemáticas... él sólo escribe sobre sí mismo, sobre su vida.

    Y yo sigo aquí, en mi nube azul.......

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