miércoles, 21 de septiembre de 2011

Siempre nos quedará París

  
   París es la ciudad más visitada del mundo. Cada año, millones de turistas recorren sus calles y bulevares con caras de admiración e incredulidad. Su nombre viene del pueblo galo parisios, y aunque no se conoce exactamente su etimología, parece ser que París significaría algo así como Casa o Templo de Isis (diosa egipcia a los que los parisios rendían pleitesía). Históricamente estamos ante el escenario principal de grandes acontecimientos, y actualmente es una urbe de más de once millones de personas dónde la multiculturalidad alcance límites inexplorados hasta la fecha. Bañada por las tranquilas aguas del Sena y bajo la sombra de la espectacular Torre Eiffel, París espera al viajero con los brazos abiertos para mostrarle todos sus secretos y brindarle una experiencia única.



   Disfrutar de una ciudad que tiene tanto que ofrecer dependerá en gran parte del tiempo que se disponga. Es obvio, que si sólo tenemos un fin de semana debemos de apurar nuestras visitas a los puntos clave de la ciudad, pero si contamos con algo más de margen podremos incluso descubrir algún que otro rincón no demasiado conocido por el gran público. Otro dato a tener en cuenta es que estamos hablando de la capital de Francia y por tanto de uno de los motores de la economía mundial. París es muy cara (carísima) y nuestro bolsillo se verá claramente mermado, pero es un precio que merece la pena pagar. En cuanto al idioma, está claro que si sabes o tienes nociones básicas de francés tienes mucho ganado, pero si no es así con un nivel medio de inglés es suficiente (hay castellanoparlantes, pero escasean).



   Se pueden optar por varios tours en la ciudad dependiendo de lo que más nos llame la atención. Podemos visitar los monumentos más conocidos y emblemáticos, los museos más ilustres y que albergan las más afamadas obras del arte mundial, las bohemias orillas del Sena con ese espíritu romántico, inconformista y libre. Existe un París clásico y otro moderno, al igual que también existe un París de noche y otro de día. También hay varias alternativas para conocer la ciudad desde las alturas y disfrutar de las mejores vistas, todas ellas son igualmente recomendables y no me decanto por ninguna en especial. Aunque hayas viajado a París ya en alguna ocasión, siempre te ofrece algo nuevo y te vuelve a enamorar. Si te conoces las ciudad al dedillo, siempre puedes optar por los alrededores que van desde la fastuosa Disneyland hasta los jardines y palacios de Versalles.

   Lógicamente los 10 lugares o monumentos que a mi parecer no deben faltar en tu itinerario son: La Torre Eiffel (hay que subir, estar en París y no hacerlo es como entrar en un Mc Donall y pedirte una ensalada), Notre Dame (para mí el sitio dónde puedes conseguir las fotos más increíbles como la que ilustra el inicio del post), Museo del Louvre (quizás demasiado masificado pero no dejes pasar la ocasión de caminar por sus pasillos y contemplar la Gioconda o la Venus de Milo), Museo de Orsay (menos conocido pero incluso más recomendable que el Louvre, pues contiene los cuadros impresionistas más famosos de Van Gogh, Degas, Monet, Milet, Manet, Renoir, Cézanne, etc y además es una visita mucho más tranquila y relajada), el Sena y sus islas (puedes optar por navegar con un vaporcito o simplemente el placer gratuito de pasear por sus orillas junto a los cientos de típicas librerías antiguas o bouquinistes), los Campos Elíseos (sin duda la calle más famosa de París con sus grandes comercios y el Arco del Triunfo de fondo), el Mouline Rouge (recomiendo visitarlo de noche aunque no consigamos entrar, pues de día pierde parte de esa magia que su aura desprende), Sacré-Coeur (una iglesia hermosa sobre una hermosa plaza situada en la cima de una colina), Los Inválidos (que abarca desde el museo de la armada hasta la tumba de Napoleón) y sus plazas, puentes y jardines (La Bastilla, La Concorde, Puente Alexandre III, Trocadero, Madeleine, etc).



   Siempre se ha dicho que los niños vienen de París porque es un buen sitio desde el que venir, ya que según Hemingway "Si tienes las suerte de haber vivido de joven en París, entonces durante el resto de tu vida ella estará contigo, porque París es una fiesta". Allí fueron niños Édith Piaf o la traviesa AmélieEnrique VI consideró que "París bien valía una misa" y luego llegaría la Revolución con su consabido lema de Libertad, Igualdad y Fraternidad y su Marsellesa que se convertiría en el himno de los oprimidos. Napoleón la llevó a la cima y Napoleón III hizo el resto. Sobrevivieron a la ocupación nazi a pesar de que Hitler preguntaba con insistencia "¿Arde París?". Llegaría el Mayo del 68 con las protestas estudiantiles, la Sorbona y Jean Paul Sartre... Menos mal que la ciudad no sucumbió a la locura de Hitler y como le decía Bogart a Bergman al final de Casablanca..."Siempre nos quedará París".

1 comentario:

  1. Afrancesado!!! a la cárcel que vas a ir. Gabachos tirando camiones de fruta española... afrancesado!!!

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