martes, 8 de marzo de 2011

Uncharted o Cómo salvarse milagrosamente en el último suspiro...

  
   Si hay un icono actual para la consola de Sony, es sin duda Nathan Drake, el protagonista de las aventuras Uncharted: El tesoro de Drake y Uncharted 2: El reino de los ladrones. Si nos basamos en que el protagonista es una mezcla curiosa de Indiana Jones y Lara Croft y que el juego o la serie (pues ya se ultima la tercera entrega) se basa en tres pilares ya muy vistos (combates, plataformas y puzzles)... ¿dónde radica el éxito de los chicos de Naughty Dog?


   Algunos jugadores dirían que su fama se debe a los gráficos y la ambientación. No les falta razón. Los escenarios, tanto al abierto como los más cerrados y claustrofóbicos, están recreados con una minuciosidad extraordinaria. Se nota que los diseños llevan un gran trabajo detrás y que el resultado es grandioso. Además, el modelado de personajes y la variedad de entornos (selvas, montañas nevadas, templos en ruinas, ciudades legendarias escondidas, tumbas subterráneas, barcos, trenes, etc) no bajan en absoluto el nivel. Cabe destacar también el cuidado con el que han creado los efectos de la nieve por ejemplo o las explosiones. El rendimiento es notable en la consola, sin apenas bugs reseñables. Quizás el único pero es que el juego que hacen con la angulación de cámara, aunque inteligente, está marcado por mostrar esos increíbles escenarios a grandes rasgos, pero que con la propia acción que imprime la aventura casi no te da tiempo de disfrutar de ello.



   Otros dirán que el apartado sonoro es genial. Tampoco les falta razón. El doblaje a la lengua de Cervantes se puede asemejar al de cualquier doblaje del cine extranjero actual. Los actores ponen voces adecuadas a cada personaje, e interpretan cada situación con bastante realismo. Esto se acompaña con una banda sonora decente, que si bien se repite en los dos Uncharted, es muy acorde con la temática del juego y nos orienta aumentando su intensidad o disminuyéndola según lo que este a punto de sucederle al bueno de Nathan.

   Sin duda habrá quién recurra a su fantástica historia para justificar su notoriedad. Aunque los guiones están por lo general bien organizados, es justo resaltar que existen lagunas en la forma de narrar los sucesos que te despistan un poco (sobretodo en la primera parte). Si en El tesoro de Drake, nos enfrascábamos en la enésima búsqueda de El Dorado, gracias al testamento del célebre pirata y antepasado del protagonista Francis Drake, en El reino de los ladrones tendremos que urgar en las memorias de Marco Polo y sus viajes para hallar el paradero de la legendaria ciudad de Shambhala (para algunos una ciudad real y para otros es sólo un intangible al que sólo se puede llegar con la mente) y en ella encontrar la Piedra Cintamani, una joya relacionada con la tradición budista con propiedades especiales y poco comunes.


   Todos estos argumentos son suficientemente válidos, pero añadiría algunos matices que hacen que la nota final para ambos títulos sea de 9,5 (resaltado esos sí que en este caso, y sin que valga de precedente, la secuela es mejor que la original). Por un lado tenemos un marcado carácter cinematográfico, tanto en escenas entremetidas en la trama como en la propia jugabilidad. Realmente parece que no estás ante un videojuego, sino más bien una película interactiva muy hollywoodiana, con persecuciones, explosiones, tiroteos, saltos, y las recurrentes veces que el personaje se salva de una situación caótica en el último segundo agarrándose al borde de un desfiladero con la falange distal del meñique o correr por el clásico puente de madera mientras este se derrumba, etc. Este carácter peliculero, nos da pie a fases del juego realmente extraordinarias como una en la que avanzamos en un tren en marcha mientras tenemos que sortear los obstáculos físicos que nos pueden hacer caer, los enemigos que nos disparan e incluso un helicóptero de combate que dificultará aún más la labor. Otro aspecto a destacar es su ritmo, que sólo se puede definir como frenético. No decae en ningún momento y mantiene al jugador con niveles altos de adrenalina de principio a fin. Además tenemos que sumar que para la segunda entrega han incluido novedades como unas gotas de sigilo, unas mejoras en el control del combate cuerpo a cuerpo, unos puzzles más intuitivos pero quizás también más fáciles, más jefes finales (helicópteros, tanques, etc), más variedad de enemigos y armas, y han mantenido esa mezcla de realidad y aspectos sobrenaturales (en el primer Uncharted eran una especie de zombies y en la segunda una especie de guardianes monstruos muy resistentes...).


   Concluyendo, en la saga Uncharted encontrarán todo lo que el potencial de PS3 puede ofrecer. Realmente, el que posea una consola de Sony está moralmente obligado a jugarlo. Y es que Drake, tras muchos saltos y piruetas ha caído en mundillo digital con el pie derecho.

2 comentarios:

  1. El átomo de Bohr8 de marzo de 2011, 23:04

    Cuánto tiempo te dura un videojuego de estos? 1 ó 2 tardes a lo sumo, qué barbaridad!

    Un 9.5, quién lo pillara por ese mes de abril?

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  2. Si Nathan Drake es familia de Francis Drake, este juego no debería venderse en España ni nada, que el Francis éste, junto a John Hawkins, fue quien nos hundió en mal llamado desastre de la armada invencible, allá por el año de nuestro señor, creo recordar, de 1588. Habiendo previamente bombardeao la flota de Álvaro de Bazán en la costa gaditana...este juego debería estar censurado en España. El peñón es una fruta madura que caerá a su debido tiempo... decía un desgraciado que yo me sé...Ya sé que se me va la olla!

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