miércoles, 1 de junio de 2011

Sólo hay una salida para un callejón sin salida

   Sé lo que estás pensando..


   Así escrito sin más, ya despierta el interés de quién lo lee. Ese es el planteamiento inicial del libro titulado de forma homónima a la primera frase. Éxito de ventas en todas las listas de los principales países y con el beneplácito de la crítica y lectores, estamos ante una nueva entrega de novela negra, una obra detectivesca al estilo yanki. Esta claro que el público responde bien a este tipo de historias, y por ello su novel autor John Verdon se ha acogido a este género para hacer su debút.

   David Gurney es un brillante y famoso detective que tras una notable carrera policial, siendo el artífice de la captura de numerosos serial killers ha decidido retirarse. Pero su retiro no será tan plácido como él creía, en parte porque su mente privilegiada necesita estar enfrascada continuamente en resolver enrevesados enigmas y en parte porque un antiguo compañero de universidad solicita su ayuda tras recibir una serie de anónimos amenazadores que entre otras cosas, parece indicar que el autor de los mismos puede leer la mente de su receptor. Con esta consigna, Gurney y el lector entrarán en una barahúnda de asesinatos, interrogatorios, sospechosos y acertijos en una carrera frenética por descubrir y atrapar al culpable.



   Una vez más tengo que destacar a los personajes y el ritmo frenético de la novela como lo mejor de la misma. Verdon no se queda en la superficie, y se sumerge a bastante profundidad para presentar a unos sujetos con personalidad propia. Destacan sobretodo los dos protagonistas principales, Gurney y su mujer Madeleine, que se ganan por derecho propio perpetuarse en futuras obras. La motivación y carácter del asesino también están bien definidas, y se esclarecerán a medida que avancemos en la trama, aunque recuerde en algo al terrorífico Norman Bates. No obstante, Gurney me sigue pareciendo un estereotipo de héroe bastante típico. La figura del descollante detective retirado, con un pasado familiar trágico, tan obsesivo con su trabajo que descuida su matrimonio es algo que no es muy original que digamos dentro de la literatura negra anglosajona. Al menos es de agradecer que en este caso no busque la solución de sus problemas en el fondo de una botella.

   Pero sin lugar a dudas, lo que más me ha gustado de la novela es la cadencia con la que transcurre la historia. Prácticamente no hay descansos a lo largo de los capítulos y en todos ellos sucede algo relacionado con la trama principal que evitan que al lector divagar e irse por las ramas. Este hecho hará que acabes relativamente rápido una novela de más de 400 páginas. Sin embargo, el fallo que observo es que determinadas incógnitas que en el libro aparecen como imposibles de resolver, son relativamente sencillas de solucionar para cualquier lector con experiencia. La solución por ejemplo al segundo truco mental que utiliza el asesino para adivinar el número que pensará su víctima se me antoja bastante simple y creo que como yo habrá muchos que adivinarán o intuirán la respuesta.

   En definitiva, estamos ante una buena novela se suspense, de género policíaco, con un inicio fulgurante y atrayente que disminuirá su interés conforme se avance pero que consigue mantener un grado de tensión suficiente para no desmotivar al lector. Si os gusta este tipo de lectura, no os defraudará, pero si buscáis algo más que una buen thriller mejor que sigáis buscando en la estantería otro título. Ahora, quien lo haya leído puede dejar su comentario y su opinión, aunque quizás resulte innecesario pues puede que yo ya sepa lo que estáis pensando...

2 comentarios:

  1. Y para cuándo vas a leerte Warlock? Dirás que si soy pesado pero sé que te va a gustar...
    Acabo de leerme uno de Ken Follet, un lugar llamado libertad, que es una historia muy similar a los pilares de la tierra (también tiene muchos rasgos de la caída de los gigantes) pero mucho menos espectacular, aunque no me ha disgustado, parece como si no cerrara el círculo en la obra, no le da un fin a todos los personajes, no sé si me explico. También me he leído Marina, de C.R. Zafón, que cada día me gusta más como escribe, no llega a ser el juego del ángel (sublime) pero sí que también está muy bien. Aunque también sea muy repetitivo el tema fantasmal en sus obras, es capaz de aislarte de eso y centrarse en lo sensitivo de las personas. En fin, aquí cada loco con su tema. No sé por qué a mi la novela negra, no me termina de enganchar, aunque me gusta la figura del detective que has descrito... quizás deba empezar por Sherlock,para terminar de engancharme a estas novelas. Un abrazo

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  2. Acabo de leerme este libro. Novela policíaca clásica. Todo muy clásico diría yo. Todos los estereotipos de la novela negra se cumplen casi a rajatabla. El detective, con una mente preclara, acosado por un pasado, algo entrado en años, con tendencia al alcohol y retirado ya. Si hasta se lo imagina uno con gabardina y todo. Un asesino desconocido, implacable y con todos los rasgos del asesino en serie estándar: maltratado por el padre, que era alcohólico, relación algo edípica, si parece Norman Bates. No sé, aunque está interesante, no se aleja mucho de cualquier obra del género, como sí quizás lo hiciera Faletti con "yo mato" o Carrisi con "lobos". Esperaré, al igual que con los Caminantes, que el segundo sea mejor. Por cierto, no me gustó la explicación que se le ha dado en el libro a por qué el asesino adivinaba el 658 (la de por qué adivinó el 19 es mejor). Me esperaba que la esposa falleciera, al recalcarle el asesino si había recibido su último mensaje... Es que ya uno ha leído tanto que se espera cualquier sorpresa o giro argumental...

    PD. Ahora voy a leer algo de juego de tronos, y la verdad, aunque al principio es todo igual que la serie, está muy pero que muy bien.

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