Barak Obama ha sido galardonado hoy con el premio Nobel de la Paz. Cada uno tendrá su opinión acerca de los méritos realizados por el actual presidente electo de los EEUU para la obtención de tan importante galardón. Si uno observa la lista de candidatos, con toda seguridad encontrará un nombre más idóneo para ser premiado (cómo podría ser O Sima Samar ministra de Asuntos de las Mujeres en Afganistán e incansable defensora de los derechos humanos en su país), pero lo que llama poderosísimamente la atención son algunos de los nombres de los preseleccionados.
No me alargaré en demasia, basta con decir que entre ellos se encuentra Silvio Berlusconi, paradigma dónde los haya de la Paz y los derechos humanos. ¿Lo habrán nominado por su famosa ley anticonstitucional de los inmigrantes o por sus recientes líos de faldas? En honor a la verdad, hay que decir, que uno se hecha las manos a la cabeza cuando descubre que el premio se lo concedieron una vez a Henry Kissinger ó que Stalin fue nominado hasta en dos ocasiones o mejor aún, que el mismísimo Adolf Hitler fue candidato en una ocasión (y cómo no se lo dieron pues acabó invadiendo Noruega en 1940...).
Esperemos que el bueno de Obama haga todo lo que esté en su mano para no tener que devolverlo, de inicio, el haber reconocido que no lo merecía es un buen comienzo...
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